“Los
árboles no nos dejan ver el bosque…”, ésta frase resume, a mi parecer el
problema central de las Ciencias Sociales, el cual responde a la búsqueda
incesante de su objetividad y esto partiendo de aquella premisa que intenta
someterla al rango de ciencia segregada o sub ciencia, si es que intentamos
volver a las viejas concepciones divisionistas que le otorgaban a las Ciencias
Naturales una supuesta superioridad u objetividad innata en comparación con las
Ciencias Sociales.
Se
habla de los impactos que podrían recibir el investigador social o la
investigación como resultado y como proceso, si notamos que quien la ejecuta no
deja de ser un individuo más, un elemento más de otro grupo social o del mismo.
Pues
bien, éste camino diseñado por la Ciencias Naturales en su búsqueda de teorías
y comprobaciones o experimentaciones perfeccionistas o absolutistas, se
contradice del todo con los ejes que conducen las Ciencias Sociales, pues al
ser los grupos humanos tan variables y tan diversos, no es posible aplicar un
mismo método de estudio o una misma comprobación o experimentación y esperar
que aquello se torne aplicable como una regla general, existe la variabilidad
en cuanto a los sistemas humanos, y eso es algo que ignoran o dejan de lado las
Ciencias Naturales.
Un
ejemplo de ello podría ser que desde las Ciencias Naturales se elaboran estudios
tales como los referentes a la papa, como uno de los cultivos con mayor
diversidad genética, como diversidad concentrada en la zona Andina de América
del Sur, y que se encuentra ampliamente distribuida en términos eco-geográficos…”,
he aquí la perspectiva o el campo de análisis de las Ciencias Naturales, que
ven a la papa como algo genéticamente modificable o manejable e incluso
adaptable, sin embargo en las Ciencias Sociales no sucede lo mismo, pues aquí
se intentan descubrir ciertos factores que ignoran las Ciencias Naturales,
factores tales como la intervención del hombre en dicha diversidad genética, el
manejo de la variabilidad de la papa en las comunidades alto andinas de Sudamérica,
la concepción agro centrista del nombre
andino, la Heterogeneidad en los cultivos alto andinos, etc., son pues factores
que las Ciencias Naturales deja de lado en la elaboración de sus proyectos y
por tanto al pretender aplicar sus tecnologías modernas impositivamente, solo
logra romper con el equilibrio de reciprocidad entre el hombre andino y su
entorno natural.
Se
dice que la objetividad de las Ciencias Sociales consiste en la incesante
búsqueda de una postura neutral al momento de realizar la investigación de un
hecho social o fenómeno social, pues bien, yo diría que el científico social
está condenado a caminar portando las pesadas cadenas de sus propias
concepciones, lo que aquí se busca es que dichas cadenas no logren intervenir o
persuadir al momento de describir y analizar la realidad social.
Existen
los conflictos sociales, en donde la labor de un científico social es la de
mediar los conflictos mediante planteamientos o consensos que buscan el
entendimiento y la tolerancia entre grupos sociales rivales, generalmente estos
casos tienen como protagonistas al Estado y a los distintos grupos sociales que
muestran su insatisfacción con las políticas de gobierno. En éste caso la
postura del científico social no es la de ponerse del lado de alguno de éstos
dos grupos rivales, atizando el conflicto, dejándose llevar por sus ideales de
justicia social, esto último no estaría mal si no fuera porque éste elemento le
impide poder visualizar ambas perspectivas sociales, pues la postura neutra del
investigador consiste justamente en esto, en poder analizar ambos
planteamientos o solicitudes y buscar el entendimiento de las partes.
Las
Ciencias Sociales constituyen un entramado de disciplinas entorno a la vida del
hombre, a las capacidades que desarrolla en sociedad o en grupo, en donde la
Antropología Socio-cultural es la que más profundiza en las relaciones sociales
y culturales de los grupos humanos mediante un contacto directo, un
acercamiento profundo con el grupo, como una disciplina que integra tanto los
trabajos de gabinete como los de campo, algo que la Sociología o la Demografía,
lo hacen de manera superficial, fría y con datos no muy precisos, pues ignoran
o no ven cosas que el antropólogo logra percibir.
Una
muestra de ello es la que percibimos en los datos estadísticos referentes a la
agricultura campesina en el Perú al momento de innovar las tecnologías
agrícolas, cuando nos hablan de la clasificación de los campesinos en base a
las actividades que realizan, los tipos de cultivo a los que se orientan, etc.,
sin embargo estos datos carecen de información, pues no especifican o no
muestran ideas claras sobre los tipos de actividades desarrolladas por los
campesinos, ignorándolas casi por completo; en cambio la Antropología
Socio-cultural desarrolla análisis mucho más completos sobre la agricultura,
datos que revelan que en la tecnología andina se llevan a cabo actividades como
la agricultura, la ganadería y hasta la artesanía, basándose en la motriz: Insumo-producto,
compartiendo tanto los insumos y los productos en todas sus actividades, es por
ello que no se puede hablar de un determinado tipo de actividad, porque el
campesino mezcla distintas actividades en un mismo espacio, pues la
variabilidad de las actividades del hombre andino responden como ya dije
anteriormente a la heterogeneidad propia de su cosmovisión; es por ello que los
datos estadísticos entorpecen los proyectos de desarrollo social en el país.
Si
bien es cierto las Ciencias Sociales carecen de objetividad al momento de
producir los conocimientos científicos, debido a que es la única ciencia en
donde el hombre se estudia a sí mismo, llegando a su objetivo o unidad de
análisis mediante la delimitación de su propia conciencia colectiva, sin
embargo no coincido con el autor en cuanto a la necesidad de un modelo o manual
de técnicas de investigación que logre prevenir y alertar de los posibles
errores en el proceso de análisis de un hecho social, pues no lo creo un factor
suficientemente limitante de la conciencia colectiva del investigador, por más
que nos esforcemos creo que será imposible negar lo que somos y a dónde
pertenecemos.
Creo
en todo caso que al final, la autoconcepción del investigador puede ser también
autorregulada, pues en la historia de la humanidad existen casos de antropólogos
o científicos sociales que lograron brillantes resultados en el campo de las
Ciencias Sociales y sin necesidad de un manual de técnicas de investigación o
de perder su conciencia colectiva, tal es el caso de antropólogos que jamás
renunciaron a sus creencias o concepciones religiosas, pero que sin embargo
aportaron con mucha genialidad teorías que estudiamos hasta la actualidad, creo
que el proceso de investigación en las ciencias sociales debería desarrollarse
en base a un equilibrio interno entre lo que percibe el investigador y su
conciencia colectiva.
Trujillo-Perú, 05 de Junio de 2013