La
posibilidad de crear una rama de estudios que hiciera en los asuntos humanos lo
que la física había hecho en los de la naturaleza inanimada, es decir descubrir
sus leyes constituyó un estímulo vigoroso para los teóricos sociales de todos
los tiempos.
En
un inicio la búsqueda de ese orden natural se inspiró en los estudios de René
Descartes con su lógica matemática deductiva.
Tiempo
después Baruc Espinoza aplicó el método de Descartes a la conducta humana sin
una influencia duradera en las ciencias sociales, mas su visión de la
naturaleza, incluyendo al hombre y a sus obras como una y continua, constituyó
una ruptura fundamental con el pasado.
Más
adelante Giambattista Vico se opuso a la idea de someterlo todo al método
geométrico de Descartes, optando por una ciencia nueva que se ocupaba de las
regularidades sincrónicas empíricas de la vida social y de las regularidades de
la historia, es decir el determinismo histórico como base de la ciencia social
del siglo XVIII.
La
importancia del aporte teórico de Vico también incluye el considerar que el
orden natural sea consecuencia de las condiciones naturales y no de las
condiciones divinas. Concluyendo así que los hombres han tenido la posibilidad
de cambiar su orden social, ejerciendo su capacidad de elección racional o
también en muchos casos irracional. La idea de Vico suponía que el hombre era
autor de la historia humana donde los acontecimientos culturales tenían que
resultarle más fáciles de entender que los acontecimientos físicos, pues para
conocer la naturaleza de algo era necesario haberlo hecho.
Mientras
que Montesquieu anuncia el orden que había descubierto en torno de los
acontecimientos socioculturales, enumera los factores materiales causativos que
en su mayoría guardan relación con las condiciones climáticas:
Está
en la naturaleza de las leyes humanas el estar sujetas a todos los accidentes
que pueden ocurrir y ello varía en la misma proporción que se muda la voluntad
de los hombres”.
Augusto
Comte fue el primero en establecer que las leyes de las sociedades no son
diferentes de las que gobiernan el resto de la naturaleza.
Voltaire
y Rousseau, durante el siglo XVIII aplicaron el método newtoneano a la
historia, intentado cambiar las concepciones teológicas de la historia entonces
dominantes.
En
el caso de Rousseau, éste resalta la voluntad del pueblo como la fuerza legitimadora
de la organización política e intenta sustituir la ley natural por la de las
impredecibles e ingobernables almas colectivas nacionales o tribales.
Trujillo
12 de julio de 2012