jueves, 23 de agosto de 2012

CONDUCTA HUMANA Y LEY NATURAL





La posibilidad de crear una rama de estudios que hiciera en los asuntos humanos lo que la física había hecho en los de la naturaleza inanimada, es decir descubrir sus leyes constituyó un estímulo vigoroso para los teóricos sociales de todos los tiempos.
En un inicio la búsqueda de ese orden natural se inspiró en los estudios de René Descartes con su lógica matemática deductiva.
Tiempo después Baruc Espinoza aplicó el método de Descartes a la conducta humana sin una influencia duradera en las ciencias sociales, mas su visión de la naturaleza, incluyendo al hombre y a sus obras como una y continua, constituyó una ruptura fundamental con el pasado.
Más adelante Giambattista Vico se opuso a la idea de someterlo todo al método geométrico de Descartes, optando por una ciencia nueva que se ocupaba de las regularidades sincrónicas empíricas de la vida social y de las regularidades de la historia, es decir el determinismo histórico como base de la ciencia social del siglo XVIII.
La importancia del aporte teórico de Vico también incluye el considerar que el orden natural sea consecuencia de las condiciones naturales y no de las condiciones divinas. Concluyendo así que los hombres han tenido la posibilidad de cambiar su orden social, ejerciendo su capacidad de elección racional o también en muchos casos irracional. La idea de Vico suponía que el hombre era autor de la historia humana donde los acontecimientos culturales tenían que resultarle más fáciles de entender que los acontecimientos físicos, pues para conocer la naturaleza de algo era necesario haberlo hecho.
Mientras que Montesquieu anuncia el orden que había descubierto en torno de los acontecimientos socioculturales, enumera los factores materiales causativos que en su mayoría guardan relación con las condiciones climáticas:
Está en la naturaleza de las leyes humanas el estar sujetas a todos los accidentes que pueden ocurrir y ello varía en la misma proporción que se muda la voluntad de los hombres”.
Augusto Comte fue el primero en establecer que las leyes de las sociedades no son diferentes de las que gobiernan el resto de la naturaleza.
Voltaire y Rousseau, durante el siglo XVIII aplicaron el método newtoneano a la historia, intentado cambiar las concepciones teológicas de la historia entonces dominantes.
En el caso de Rousseau, éste resalta la voluntad del pueblo como la fuerza legitimadora de la organización política e intenta sustituir la ley natural por la de las impredecibles e ingobernables almas colectivas nacionales o tribales.




                

                                                                                             Trujillo 12 de julio de 2012